Parece que el juego del poder trae muchas satisfacciones. Por lo menos, así lo es para nuestra Presidente y para su marido, ya que son muchas las gratificaciones que el sillón presidencial les está proporcionando. Un ejemplo claro es el aumento de sus bolsillos y el de sus patrimonios, de una manera continua y cada vez más creciente.
Paradojas si las hay: el índice de pobreza y la riqueza personal de los Kirchner aumentan de manera directamente proporcional.
Según la declaración jurada que la Presidenta presentó ante la Oficina Anticorrupción (OA) su patrimonio y el del ex Presidente, cerrado el 31 de diciembre de 2009, creció un 20,65% el año pasado: pasó de $46 millones a $55,5 millones. Pero hay un dato llamativo: la diferencia de más de $4 millones respecto del patrimonio declarado por Néstor Kirchner al asumir como Diputado el 10 de diciembre de 2009, es decir, sólo 21 días antes.
O en ese momento la pareja presidencial atravesaba por una crisis matrimonial y no tuvieron tiempo de ponerse de acuerdo en las declaraciones, o de a poco su falta de coherencia está saliendo a flote.
Paso a paso las marañas kirchneristas van saliendo a la luz, y a los Kirchner se les está haciendo cada vez más difícil tapar el sol con las manos.
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