A lo largo de sus años en el poder, los Kirchner nos demostraron que son expertos en faltar a sus palabras. Una de las pocas constantes que mantuvieron como gobierno fueron sus contradicciones y su doble discurso. Este alarmante desdoblamiento que se nos revela cada vez que nuestros representantes abren la boca, y nos muestra la distancia que hay entre lo que piensan y lo que nos dicen.
Los famosos actos fallidos están latentes en todo gen kirchnerista. La exposición involuntaria de las contradicciones que pueblan sus cabezas y los dejan al descubierto.
Por eso Cristina en forma escalofriante y un tanto patética, desliza naturalmente en medio de un acto: "Si fuera una genia haría desaparecer a algunos".
Y por eso Néstor asegura que sus enemigos son los que lo atacan y le hacen la guerra, pero cuando declara dice: “Soy un soldado de Cristina”.
Y estas frases, aunque muy representativas, son tan sólo la punta de un ovillo que nos enseña de un sopapo el abismo que existe entre la cabeza de los Kirchner y las astucias que tejen. Y quizás peque de ingenuo, pero todavía creo que quienes tienen el trabajo de conducir a mi país deben ser personas honestas, por lo menos consigo mismas.
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